Antiguamente se creía que el hormigón tenía una vida “eterna”, pero con el paso de los años hemos podido comprobar que eso no es cierto, y que se hace necesaria su reparación.

Pero esto a que se debe. El hormigón es una mezcla de varios elementos cuyos componentes principales son el cemento, los áridos, el agua y los aditivos. Si cualquiera de ellos se utiliza de manera incorrecta, puede crear uno o más puntos débiles que precisarán de una reparación.

Una de las patologías más frecuentes del hormigón armado se produce debido a la oxidación y carbonatación de la armadura, siendo lo más frecuente la reparación de las vigas de hormigón en mal estado. 

Otra de las reparaciones más habituales en una fachada es la oxidación de la armadura que causa que se desprendan trozos de la fachada a la vía pública con lo que esto puede ocasionar a los viandantes. 

Otra reparación de estructuras de hormigón más habitual, se suele producir en sótanos o en plantas a causa del agua que se filtra a la armadura.

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